lunes, 27 de enero de 2014

Encuentre usted las diferencias

Este fin de semana, mientras rodaba por la variante Yagua del tramo Carabobo en la ARC, conversaba con mi hijo acerca del asesinato de Mónica Spear, y cómo fue, y por dónde fue, y cómo es posible, y todas esas interrogantes que nos atragantan una y otra vez, y con más razón a un joven adolescente cuyo sentido común no le permite asimilar la deformación que ha sufrido el país en el que nació.

De la descripción de los hechos y de sus posibles causas pasamos al "pero mamá, ¿cómo puede pasar algo así?", entonces intenté explicarle a José Antonio que el meollo de la cuestión está en los valores, o más específicamente en la ausencia absoluta de ellos.

Le decía a mi hijo que para este tipo de gente, criminales, como se denominan ellos mismos, su propia vida no vale nada, porque saben que en ese "negocio" pueden fácilmente perderla en cualquier momento, si se pelean con otra banda, si se enfrentan a la policía, y situaciones afines. Por ello, la vida de los demás vale menos, y disponen de ella como les viene en gana en el momento. Sumado a ello, la impunidad reinante, que les permite moverse y ejercer "su trabajo" libremente por toda nuestra geografía, para la desgracia de los ciudadanos, y sin que las autoridades se ocupen de ello.

En este punto de la conversación, se me ocurrió que la explicación podía quedar más clara por comparación, y entonces le mostré a mi hijo el video de Rangel Avalos que recientemente rodó por las redes sociales (más abajo lo tienen para los que no lo hayan visto). No puedo describirles el impacto que le causó ese video. Un joven de 17 años, no un político, ni un especialista, ni un psiquiatra. 

Un adolescente venezolano no podía creer lo que estaba viendo, porque es verdaderamente insólito lo que ese video plantea, en palabras del Viceministro "un grupo de jóvenes que quiere cambiar su actividad que venía realizando anteriormente en las actividades del delito" especialmente cuando lo cotidiano nuestro es que "si rebalas, pierdes", en cualquier ámbito que nos movamos los ciudadanos, mientras a los "jóvenes" del video, ni con el pétalo de una rosa. No hay evaluación, no hay sanción, nada a cambio.

Y surgieron las preguntas obvias: ¿si ya se han reunido con 280 bandas que ahora son de "buenandros", por qué seguimos teniendo este altísimo nivel de violencia e inseguridad? ¿qué nos garantiza que la palabra de esos tipos vale algo, después de que llevan tanto tiempo agrediéndonos y matándonos? y pare usted de contar.

En ese momento recordé la experiencia del Proyecto Alcatraz, y enseguida busqué el video, para que se entendiera la enorme diferencia entre una verdadera política de rehabilitación de delincuentes, en este caso, atracadores, que asumen lo que hicieron, y se les exige el cumplimiento de un castigo a cambio, además de todo el programa de rehabilitación y educación que implicó ese proyecto, con la campaña publicitaria vacía que el gobierno quiere que nos creamos. A continuación, les pongo los dos videos. Encuentre las diferencias usted mismo.



Video del Viceministro de Política Interior y Seguridad Jurídica





Video del Proyecto Alcatraz

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