domingo, 28 de mayo de 2017

La organización ciudadana, clave para la Transición – Por Catalina Ramos

En estos 50 días de resistencia, los ciudadanos nos hemos encontrado de nuevo en la calle, en la lucha incansable que nos hemos propuesto, para alcanzar la libertad de nuestro país. Nos hemos reconocido como lo que somos, hijos de esta tierra maravillosa que un grupo de mafiosos, corruptos y déspotas intenta destruir.

Sin embargo, no quiero referirme sólo a este mes, ni sólo a los ciudadanos en forma individual. Durante los 18 años que lleva este régimen, la sociedad venezolana ha resistido, y ha aprendido a organizarse, a todo lo largo y ancho del país, desde las comunidades más pequeñas y recónditas, hasta en el ámbito nacional. Nos hemos organizado para afrontar la situación que se nos presente, de acuerdo a la especialidad con la que aportamos al país, o de acuerdo a la región donde nos ubicamos. Ante cada dificultad, hemos encontrado el modo de procesarla y afrontarla de manera organizada. Desde el recordado Decreto 1011 a la fecha, no hemos dejado de alzar nuestra voz. Por eso le ha sido imposible al régimen anularnos por completo, porque no nos hemos rendido, y siempre hacemos nuestra tarea.

De acuerdo con informes del Banco Mundial y del Centro de Investigaciones Sociales CISOR, durante el período democrático que precedió a este régimen, las organizaciones de sociedad civil que existían eran fundamentalmente de corte gremial. Entre los 50 y los 80, los interlocutores sociales del Estado provenían principalmente provenientes del sector productivo, empresarial y sindical.

Es a partir de la década de los 80, con el auge que las Cumbres de Naciones Unidas comenzaron a darle a la organización social como estrategia para el desarrollo, que también en Venezuela comenzó un importante crecimiento en ese sector, que fue acentuándose a medida que dichas agrupaciones buscaban tener mayor opción de participación, y es así que para el año 2002, se cuantificaron más de 30.000 organizaciones de sociedad civil formalmente registradas. Para esa misma época, se podían identificar también alrededor de 25 redes de organizaciones de sociedad civil. Organizaciones que se desempeñan en el ámbito de la cultura, salud, educación, ambiente, de infancia, de género, derechos humanos, en fin, el abanico temático se amplió en forma remarcada.

De esa época a la fecha actual, no hay ningún estudio formal que nos arroje cuantitativamente cuál es el estado actual de la sociedad civil organizada. No sabemos en qué orden de magnitud ha aumentado esa cifra recogida en 2002.

Pero en la práctica concreta sí sabemos que ese cúmulo de ciudadanos organizados han estado abordando cada aspecto que a este régimen se le ha ocurrido inventar, cada cambio de rumbo sin sentido, cada violación de la constitución, cada omisión, cada exceso, en todas las áreas y sectores, y cada una a su manera y con su especificidad, han ido trabajando en sus propuestas, en sus ideas y visiones de lo que quisieran para Venezuela. Organizaciones que, ante la desaparición de información oficial en cada uno de los sectores de la sociedad venezolana, han registrado y llevado el seguimiento de indicadores esenciales para los diagnósticos y diseños de políticas públicas adecuadas.

Por eso es que hoy quiero referirme a este tema, justo en estos días tan turbulentos, cuando ya comienza a vislumbrarse la inminencia del proceso de transición a la democracia. Porque si bien hemos decidido no aflojar en la presión ciudadana para lograr el cambio de régimen que todos los venezolanos clamamos en el país, tenemos también que ir articulándonos desde las organizaciones, e ir pensando en conjunto cómo podemos aportar, en forma coordinada, desde nuestro conocimiento y experiencia, para sacar adelante con éxito la transición y la recuperación de la República.

Hay varias iniciativas que algunas organizaciones y redes han comenzado ya en ese sentido, con las cuales venimos haciendo contacto. En Vente Venezuela, tenemos presencia de Asociaciones Ciudadanas en todo el país, con el objeto de escuchar, y ofrecer nuestro espacio de encuentro, para propiciar esa articulación imprescindible.

Cuando recorremos el país, encontramos tanta diversidad de iniciativas, cada una más interesante y maravillosa que la anterior, desarrolladas por organizaciones ciudadanas que creen en este país, que luchan por superar las dificultades, y que quieren que Venezuela sea todo lo grandioso que es posible llegar a ser. Algunos de ellos si conocen lo que se hace en otras regiones o sectores, pero en muchos otros casos no, por eso es tan importante propiciar su articulación, apoyarles, conectarlos.

Desde Vente Venezuela hemos generado los espacios de facilitación de esa confluencia, para convertirnos en articuladores del debate de ideas necesario, y contribuir en conjunto con la construcción de una República libre, plural, productiva y con oportunidades para la prosperidad y el crecimiento de todos.

¿Estás interesado en participar? 
Contáctanos a asociacionesciudadanas@ventevenezuela.com

VENTE!!

Catalina Ramos. 
Coordinadora Nacional de Asociaciones Ciudadanas.
@caramos61 @AsoCiudadanasVV

Mi gente: lo más grande de este mundo


De acuerdo a las investigaciones que han venido desarrollando Tomás Páez e Iván de la Vega, cerca del 8% del Registro Electoral venezolano se encuentra fuera del país. Hay aproximadamente 2.500.000 venezolanos distribuidos en 98 países del mundo, de los cuales, según datos de Páez, el 40% tiene una maestría o un diplomado y 12% tiene doctorado y postdoctorado. El nivel de formación es elevado. El 20% de los que se han ido son emprendedores: crean empresa, riqueza, empleo y democracia donde van. El 65% de la gente es empleado. 14% son estudiantes.
Por otra parte, de la Vega nos comenta que la diáspora científica podría estar alcanzando ya el 30% de los especialistas, lo cual es grave, porque significa que nuestro país se ha quedado rezagado en generar investigaciones y políticas de cara a los nuevos paradigmas tecnológicos en el mundo, y, según Iván, reconvertirnos nos tomaría mucho tiempo.
Sin duda es una realidad abrumadora a la que hay que prestarle mucha atención, que estos dos investigadores han venido escudriñando detalladamente desde hace mucho tiempo, y cuyos resultados nos servirán indudablemente para la reconstrucción del país, y sobre eso estamos trabajando desde ya.
Sin embargo, nosotros estamos convencidos de que todas estas aparentes desventajas y debilidades, podemos convertirlas en grandes oportunidades para trabajar en forma proactiva, efectiva y eficiente en la reconstrucción de Venezuela.
Y estamos tan seguros de ello, porque cada día nuestros egresados, estén donde estén, buscan por su propia iniciativa el modo de conectarse de alguna manera con nuestra Alma Mater, para apoyarla en variadísimos aspectos en los que la universidad está requiriendo una mano.
No es la primera vez que comentamos acerca de este tema, y aunque hay mucho camino por andar todavía para facilitar los canales de conexión necesarios, cada vez que nos encontramos con un ejemplo de este interés por ayudar a la USB, del compromiso de los egresados uesebistas, se nos ratifica la convicción de que enseguida que nos libremos de este régimen que ha destruido al país, comenzaremos a avanzar muy rápido para convertirnos en un país próspero y moderno, con una universidad verdaderamente del futuro, gracias a la participación de cada egresado, desde donde se encuentre.
En el pasado hemos tenido ejemplos de programas exitosos que pusieron el talento venezolano que se encontraba fuera de Venezuela en contacto con instancias venezolanas, para avanzar y aprovechar ese conocimiento adquirido fuera de nuestras fronteras, en beneficio del país. Eso fue lo que el Programa TALVEN, desarrollado por el Dr. Francisco Kerdell-Vegas cuando fue embajador de Venezuela en Francia, conjuntamente con la UNESCO, llevó a cabo, y que podemos reeditar mejorado y adaptado a la realidad actual, más temprano que tarde.
En la AEUSB, junto a las autoridades universitarias y algunos egresados, desarrollamos el Programa Volver a la Simón, que comenzó como una iniciativa para apoyar a la universidad desde la perspectiva del egresado – docente. Este componente ha ido avanzando, y ya tenemos cerca de 30 perfiles de egresados dispuestos a dar clases, siendo evaluados por los diferentes departamentos. Pero, seguimos creciendo, y abriéndonos hacia otros espacios, y es así como surgió en el marco de este programa, a finales del año pasado el componente piscinas, en el cual estamos desarrollando un proyecto muy ambicioso para la recuperación de los espacios del complejo de piscinas de nuestra universidad. En ambos casos, la respuesta recibida por parte de nuestros compañeros egresados ha sido estupenda, y apenas estamos comenzando.
Por eso estamos seguros de que lo vamos a lograr. Porque, como dijo Héctor Lavoe: los llamé, no me preguntaron dónde, orgullo siento de ustedes, mi gente siempre responde!!

Catalina Ramos. Presidente AEUSB

Nuestra apuesta por la juventud, y la excelencia


 Publicado en aeusb.org el 


Con motivo del Día de la Juventud, hemos leído en diferentes medios de comunicación los resultados de un estudio acerca de las migraciones en nuestro país. Ese estudio, realizado por el Departamento de Migraciones de nuestra alma mater en 2016, señala que 88% de los jóvenes tiene intenciones de emigrar, a diferencia de los resultados obtenidos en 2013, que fueron menores.
“Me quiero ir” o “si puedo irme me voy” fueron las respuestas comunes de jóvenes egresados de cuatro grandes áreas de estudios (Ciencias de la Salud, Ciencias Sociales, Ingeniería Eléctrica y Ciencias Básicas) de las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello, Monteávila y Simón Bolívar, de Caracas. El objetivo del joven es tratar de ejercer su profesión o hacer un posgrado a través de becas.
No es un secreto para nadie que una de las razones de mayor peso para motivar esa “huida” es la inseguridad. Lo más triste es que, de acuerdo a los informes del Observatorio Venezolano de la Violencia, tanto víctimas como victimarios son jóvenes menores de 35 años, y cada vez el promedio de edad, especialmente en los victimarios es menor. Jóvenes que se desvían de lo que debería ser su sendero normal de estudios, para incurrir en el mercado de trabajo más terrible: el de la violencia.
Estos indicadores tan dramáticos nos llevan a voltear la mirada hacia nuestros jóvenes estudiantes de la Universidad Simón Bolívar. Resistentes, resilientes, siguen esforzándose por prepararse lo mejor posible, en un entorno violento que los acosa en sentido contrario: los agobia con la inseguridad, la violencia, la escasez y el hambre, pero también con la crisis interna de profesores, de actualización en la biblioteca, de insumos en los laboratorios, de comedores, de trasporte, etc.
Por eso, en la Asociación de Egresados mantenemos firmemente como una de nuestras prioridades estratégicas el Programa de becas Aquiles Nazoa. Creado por la AEUSB en 2006, el PAN ha graduado a más de 50 jóvenes estudiantes con promedios superiores a 3.8, y situaciones socioeconómicas críticas.
No se trata solamente de una ayuda económica, el Programa Aquiles Nazoa acompaña el aporte con formación humana, gerencial, motivacional, que ahora más que nunca esos jóvenes requieren, para tomar las mejores decisiones en sus vidas, y no solamente ser unos estupendos técnicos, sino también unos maravillosos seres humanos, capaces de surgir, progresar e independizarse. Es un programa probado, pues sus egresados hoy día son exitosos profesionales en grandes empresas, dentro y fuera del país, que también contribuyen con los que hoy son estudiantes uesebistas.
Cada historia de vida de nuestros becarios, los actuales y los que han pasado por nuestro programa, es una historia heroica, llena de dificultades, pero con el compromiso personal y familiar de formarse, ser los mejores y surgir. Cuando revisamos sus perfiles, comprobamos que el joven venezolano es en esencia luchador incansable y busca siempre la excelencia y desarrollarse hacia adelante.
Por ello, hoy más que nunca, los seguiremos apoyando, y trabajando muy duro para ampliar la capacidad de contribuir con muchos más estudiantes uesebistas.
Pero también es menester fortalecer a la institución, darle un vuelco hacia adelante, para que todos los estudiantes tengan acceso a una formación profesional moderna, de calidad, que les permita crecer y desarrollarse, pero que también propicie la investigación, la extensión, la conexión con el país, con la industria, con el sector productivo donde luego estos jóvenes profesionales serán clave para la reconstrucción de nuestro país. Para ello desde la AEUSB desarrollamos varios proyectos, conjuntamente con la universidad y con otros egresados, cuya finalidad es mirar al futuro con esperanza y con grandeza, porque estamos seguros de que la Universidad Simón Bolívar, sus autoridades, sus profesores, trabajadores, estudiantes y egresados, seremos parte de la transformación definitiva de Venezuela.
Ese es nuestro compromiso, nuestra labor diaria, y la razón por la que estamos aquí.
Catalina Ramos. Presidente AEUSB

¿Qué viene ahora?

(Publicado en ventevenezuela.org, 25.01.2019) Este 23 de enero de 2019, así como en 1958, Venezuela hizo historia. Nunca como e...